Igualdad de género en la educación obligatoria

El Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres 2021-2024 establece acciones puntuales en el marco ...
Image

La igualdad de género en la educación ha sido una preocupación internacional que se ha cristalizado en distintos instrumentos, que van desde la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 hasta la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en donde México se comprometió a eliminar las disparidades de género en la educación y promover la igualdad y los derechos humanos.

En el ámbito nacional, el artículo 3º constitucional estipula que todas las personas tienen derecho a la educación, que ésta debe contar con un enfoque de derechos humanos e igualdad sustantiva, y que los planes y programas de estudio tendrán perspectiva de género. Estos preceptos son retomados por la Ley General de Educación, a fin de construir una sociedad justa e igualitaria, y por la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual especifica que dichos planes deben incluir el derecho de mujeres, adolescentes y niñas a una vida libre de violencia y a una educación con perspectiva de género. En consonancia, el Programa Integral para Prevenir, Atender, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres 2021-2024 establece acciones puntuales en el marco de los procesos educativos para contribuir a erradicar los actos de violencia.

En ese tenor, en 2022, al emitir el Plan de Estudio para la educación preescolar, primaria y secundaria, la Secretaría de Educación Pública (SEP) incluyó siete ejes articuladores que permiten conectar los contenidos y las acciones de enseñanza y aprendizaje con la vida cotidiana del estudiantado y con su comunidad; entre ellos destaca el eje Igualdad de Género, que “implica la transformación de los principios filosóficos, culturales, éticos y sociales de la educación […] para no reproducir los modelos y patrones de desigualdad, violencia y discriminación hacia las niñas y adolescentes” (SEP, 2022: 106). Igualmente, en diversas entidades federativas se han impulsado prácticas educativas que trabajan en favor de la igualdad de género en la educación y abonan a la prevención y erradicación de la violencia de género de los centros escolares; basta con mencionar la asignatura de Educación con Perspectiva de Género para Nivel Medio Superior de Quintana Roo, que se adhirió al Programa Estatal Educación para la Paz; la Estrategia Curricular en Igualdad de Género del Estado de México; y los Manuales para una Educación con Perspectiva de Género de Michoacán para docentes de preescolar, primaria y secundaria.

La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) también ha hecho su parte. En 2023, llevamos a cabo el foro “La igualdad de género en la educación obligatoria”, y estamos elaborando una antología con las especialistas que participaron en dicho evento, con el propósito de proporcionar elementos de análisis que coadyuven en el diseño de acciones en las aulas, así como políticas públicas pertinentes. Además, de acuerdo con el Programa Anual de Actividades 2024, la Unidad de Apoyo y Seguimiento a la Mejora Continua e Innovación Educativa prepara material prototipo para fomentar prácticas escolares con perspectiva de género en escuelas de educación básica y media superior. La Comisión se propone avanzar a corto plazo en una investigación diagnóstica, en intervenciones formativas y en sugerencias que provean a docentes y directivos herramientas para prevenir, atender y erradicar estereotipos y roles de género que obstaculizan el logro del máximo nivel de aprendizaje de niñas y adolescentes, así como su desarrollo integral.

Es importante reconocer que, pese a que hay avances, en México 3 de cada 10 mujeres de 15 años y más han experimentado al menos una situación de violencia o discriminación en el ámbito escolar (INEGI, 2021). Esta y otras estadísticas igual de alarmantes exigen que la totalidad de actores educativos continuemos trabajando por una educación con y en igualdad de género, ya que es un factor decisivo para lograr que las escuelas sean espacios seguros y libres de violencia de género, que contribuyan a alcanzar una educación con justicia social, y a reducir las brechas de género entre hombres y mujeres en todos los ámbitos, lo que a su vez permeará en la prosperidad del país.

Editorial publicado en el boletín electrónico Educación en movimiento‘, número 30, año 2024, de Mejoredu.

TEMÁTICAS: