Herramientas del y para el pensamiento, otro enfoque para enseñar y aprender. Adiós a Daniel C. Dennett

Del repertorio de herramientas que empleamos para la enseñanza y el aprendizaje, las de pensamiento son las menos atendidas...
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En educación hemos integrado en el discurso docente el término herramienta para aludir a los mecanismos que potencian los procesos de aprendizaje. Las herramientas pueden ser de distinta naturaleza: didácticas, pedagógicas, tecnológicas, digitales, de inteligencia artificial.

Las herramientas, parafraseando a Lev Vygotsky, son artefactos mediadores simbólicos y materiales que amplifican las capacidades de pensamiento. Se diferencian de los instrumentos en que estos orientan y regulan las actividades, aportan información para llevar a cabo la actividad. Las herramientas, por su parte, transforman los objetos o tareas que constituyen la actividad, pero sin aportar información. Con otras palabras, la herramienta está asociada a las acciones que integran las actividades de aprendizaje, y los instrumentos atienden la información y el contenido de las actividades.

Del repertorio de herramientas que empleamos para la enseñanza y el aprendizaje, las de pensamiento son las menos atendidas por nuestras reflexiones. Y deberíamos prestarles más atención porque nos permiten estimular y favorecer el desarrollo de acciones mentales como comparar, reflexionar, preguntar, oponer argumentos y más.

Algunas herramientas de pensamiento conocidas son las analogías, metáforas, parábolas y otras figuras retóricas. Proliferan una variedad de herramientas de y para el pensamiento, desde las generales a las más específicas cuyas funciones son bastante particulares, por ejemplo, el teatro de la memoria cuyo propósito es potenciar las memorias de trabajo y a corto plazo.

Herramientas de y para el pensamiento significa que son herramientas para utilizar el pensamiento como instrumento y a la vez indicar que es en el pensamiento el lugar donde se emplea. Esta dualidad permite potenciar el pensamiento como acto y atender la información contenida en él.

Tal vez mi explicación resulte abstracta o aburrida. ¡Pero no deje de leer estimada(o) docente! Antes de irse conozca mi recomendación. Lea el libro Bombas de intuición y otras herramientas del pensamiento, escrito por Daniel C. Dennett (1942-2024). Desafortunadamente Dennett falleció este viernes 19 de abril de 2024. Aprovechemos el desafortunado deceso para conocer su trabajo y aplicarlo en la enseñanza y aprendizaje. Bombas de intuición resulta un texto ameno para aprender varias herramientas de pensamiento más allá de las populares. Y lo mejor, Dennett ejemplifica aplicaciones para afrontar el bloqueo mental, para comprender la evolución, la conciencia, discutir la definición de significado, o identificar argumentos falsos, y más.

La herramienta bomba de intuición, que da título al libro, es una de las más interesantes y sintetiza la concepción que Dennett sostuvo sobre la mente y el aprendizaje. La bomba de intuición es una situación imaginaria para problematizar y resolver problemas. Primero es necesario imaginar un escenario o situación que encierre un problema. Después, identificamos las variables, condiciones y situación del problema. Luego, hacemos explícitas las corazonadas que tenemos sobre la posible solución al problema. Estas corazonadas son intuiciones. Posteriormente, proponemos varias conclusiones o soluciones.  Es aquí donde ocurre la magia del pensamiento. Cada intuición contiene variables del problema, a las que Dennett llama perillas, las cuales vamos a girar como las de cualquier puerta. Analizamos las variables para reconocer cuáles son las significativas y cuáles son simplezas. Para eso tenemos que imaginar, girar la perilla. Comenzamos a imaginar y a pensar cómo cada situación o escenario, con una u otra variable, arroja diferentes conclusiones.

Le propongo un ejemplo de bomba de intuición para contenidos de educación ambiental, sobre el problema del deshielo de los glaciares producto del calentamiento global. Pues bien, imagine que en lugar de la docencia eligió dedicarse a la ingeniería climática. Un buen día se le ocurre que podría bombear el agua de deshielo a las partes altas del glaciar, donde aún está lo suficientemente frío para que nuevamente se congele el agua. ¡Listo! Solucionó el problema del deshielo.

Haga girar la perilla. Identifique variables y las posibles conclusiones de la viabilidad de bombear el agua a las partes altas del glaciar. Se dará cuenta que existen tantas conclusiones como variables que logre identificar. También va a percibir que imaginar no es tan sencillo como suponemos. Tenemos que imaginar cómo se va a bombear el agua, de dónde obtener la energía para hacerlo, y plantearse preguntas tipo ¿cuáles son las consecuencias ambientales de instalar bombas en los glaciares?, ¿cuál es la relación costo-beneficio de la contaminación que se va a generar al bombear agua en contraste con el deshielo? En fin, haga el ejercicio con sus estudiantes y refinen esas simplezas en ideas reflexivas y preguntas investigables.

La utilidad de una bomba de intuición, y en realidad otras herramientas de pensamiento, es transformar las intuiciones en pensamientos organizados y estructurados producto de la reflexión. Contribuirán a que sus estudiantes desarrollen y progresen en habilidades de indagación, argumentación, planteamiento y solución de problemas. Apuntó Dennett, las bombas de intuición ayudan a: (1) que una simple intuición se haga explícita, se reflexione, se analice y evalúe para hacer de ella un saber fiable; (2) darnos cuenta de si la intuición permanece discutible, exigiendo más tiempo de reflexión o; (3) saber qué anda mal con nuestras ideas.

¿Cuándo emplear las bombas de intuición y otras herramientas de pensamiento? Al inicio de una secuencia didáctica, para estimular la manifestación de ideas previas; plantear problemas o proyectos de investigación escolar. Durante el desarrollo de la secuencia para ayudar a explicitar ideas que no se han tomado en cuenta en la solución de problemas, el desarrollo de proyectos de indagación. Al cierre de la secuencia para evaluar el progreso de aprendizajes, o saber si seguimos en el plano de intuiciones poco fiables. Como dicta el dicho, el límite es su imaginación. Mi sugerencia, leer a Daniel Dennett para aprender a sacar provecho de las herramientas de pensamiento.

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