Habría que declarar oficialmente reprobado al secretario de educación pública, Emilio Chuayffet Chemor.
Su proceder en torno a la confabulada mentira de la cancelación indefinida de las evaluaciones docentes fue una infamia, una afrenta contra los maestros…¡una burla!
Si bien el titular de la SEP solo obedeció órdenes Supremas (desde Los Pinos) para salvaguarda del proceso electoral 2015, lo cierto es que quedó como la cabeza visible de la ilegalidad.
De paso, Chuayffet agudizó (aún más) la desconfianza magisterial en un tema tan espinoso y sensible como es la evaluación docente.
Y no solo eso, con hipocresía galopante negó toda injerencia de la SEP en atribuciones que son de absoluta competencia del INEE, es más, cual jumento desenfrenado llevó entre sus patas nada más y nada menos que al artículo tercero constitucional. Toda una proeza…y en tan poco tiempo.
Sin embargo, aún con la terrible desconfianza generada, Emilio Chuayffet seguirá (como hasta ahora) pontificando desde la Secretaría de Educación Pública sobre principios legales, de respeto al estado de derecho y enarbolando alegremente la bandera de la rectitud.
¡Vaya prohombre santo de toda santidad que ha dado nuestra Patria!