Por: José Antonio Martínez Gutiérrez.
Aproximadamente desde el pasado 18 de diciembre de los corrientes se trasmite por televisión y, en cadena nacional un spot derivado de la filosofía retorcida de un partido aliado al PRI y al PANAL. Me refiero al Partido Verde.
Y digo que la filosofía de este partido es retorcida por la simple y llana razón de que su interés está distante de la verdadera pugna y defensa de la educación gratuita pues aborda el tema de las cuotas voluntarias a años luz de la realidad social y escolar.
El asunto obedece más al populismo contaminado de intereses electorales característico de este Partido y de los otros dos que le acompañan camino al 2012.
Resulta por demás curioso la forma en que aborda el tema. Con una representación que difícilmente se retrata en la vida del ciudadano que lejos está de gastar 5000 pesos cuando muchos viven con 100 pesos al día. No, por lo menos sostenido desde mi perspectiva de maestro y que puedo decir con conocimiento de causa que los gastos por útiles escolares no oscilan sobre el desorbitado y mentiroso spot del Verde.
Sin embargo, si preocupa que el impacto de la televisión agudice los problemas de mantenimiento de infraestructura que muchos padres de familia cubren para sostener la funcionalidad de un espacio escolar. Son ellos que en gran porcentaje sostienen las escuelas con sus aportaciones económicas y con sus trabajos que, por si no saben los Verdes, se llama “tequio”. Lo hacen porque siente que el espacio escolar es un patrimonio que deben mantener por el bien y seguridad de sus propios hijos.
Esa colaboración desconocida por retrogradas políticos no solo mantiene la funcionalidad de una escuela, sino que propicia la participación y la asignación de responsabilidades en la comunidad escolar y que en los tiempos donde la educación pierde credibilidad, es uno de los vínculos que aún mantiene en pie la entrañable relación de los maestros y con sus padres de familia.
Si la preocupación Verde es la educación gratuita, debiera entonces su plataforma política sopesar con pinzas sus alianzas electorales. Lo destaco porque va de la mano con el PANAL, partido de Elba Esther con su ejército de comisionados, esos que no sólo representan una sangría a la educación gratuita, sino que impacta si o si en la calidad de la misma. ¡Pero entiéndase, no es su fin primero!
Debieran mejor los artífices del spot electorero, que hay otros problemas educativos de urgente atención y que desde hace mucho tiempo son el mal de su desarrollo, pero es obvio, implicaría romper con el sistema de acuerdos y alianzas que sostiene lo más sagrado de un político: El poder.