Además supone un serio aviso para otros poderosos que en determinado momento pudieran interponerse en las reformas modernizadoras del ejecutivo federal, como el caso de la ya constitucional reforma educativa.
Los planes del presidente Peña Nieto forman parte de una ambiciosa agenda impulsada por la alianza entre el PRI, que no tiene mayoría en el congreso con los dos principales partido del País en el Pacto por México.
En ese sentido señala el Diario El País que su primera concreción de dicha alianza “es la nueva ley de educación que arrebata el control de una etapa crucial de la enseñanza al corrupto y medieval sindicato entre cuyas prácticas de décadas figuran la venta del empleo o su traspaso de padres a hijos.”