La agilidad y velocidad con el que se vive la realidad hoy en día, además del excesivo uso de los medios tecnológicos individualizados al interior del hogar hace que sea complejo dedicar tiempo a los aspectos realmente importante de nuestra casa, como lo es la convivencia en familia, la formación de los hijos, la relación con la escuela y otros aspectos igualmente significativos y trascendentes.
Así, dejamos en la escuela prácticamente toda la responsabilidad, atención y posibilidad de actuar en pro del desarrollo de nuestras niñas, niños y adolescentes, olvidando que en casa se tiene no solo el mayor ejemplo, sino el mayor peso sobre quienes están en proceso de formación en el hogar, y no solo eso, sino que prácticamente se reduce la comunicación con la escuela a las muchas veces “molestas” entrega de boletas cada dos meses en el mejor de los casos.
Este tipo de aspectos, entre otros, hacen que se olviden aspectos elementales que en mucho tienen que ver para establecer una verdadera coordinación en lo que tiene que ver con la formación de la futura personalidad y entender que en cada una de las acciones de vinculación que hacemos, estaremos aportando un granito de arena para su desarrollo.
Desde aspectos tan elementales como la conversación al salir de la escuela para conocer los aspectos más importantes que le sucedieron, apreciar la manera en que lo dice y el rostro que pone, el valorar frecuentemente el interior de la mochila y/o útiles escolares, preguntar sobre las tareas, la exposición, la visita y conocer realmente lo que se está haciendo en el aula representa un fuerte aliado no solo para colaborar, sino para formar un mejor lazo de comunicación familiar.
De igual manera, hay que recordar que muchas de las situaciones que llevan a nuestras y nuestros hijos por el camino del acoso, bullying, trastornos de salud mental o incluso a pensar en el suicidio, se originan en el día a día y las advertencias se pueden apreciar desde esos preciosos momentos en los que se encuentra en crecimiento y para el docente puede ser complejo el apreciar señales individuales en aulas que, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) son las de mayor concentración de estudiantes de dicha organización en el mundo.
Por ello, resulta especialmente importante su atención sobre cualquier seña física, como es el caso de moretones, golpes, raspones, o mentales, como lo puede ser la tristeza, el llanto o enojo por motivos incomprensibles o aquellos aspectos que resultan poco frecuentes deben de ser motivo para una charla con su docente y ver si se puede trabajar en conjunto para la mejora en el proceso de formación.
Así, recuerde que en sus manos está el tiempo que pasan en los videojuegos o en la televisión, el preguntar por la tarea, apoyarle para hacer su maqueta, preparar su exposición o ir con él para ver el sitio natural, cultural o histórico que coincide con lo que están viendo en clase y tenga mayores elementos para participar y con ello fomentar una mayor seguridad y apoyo en ese que mañana habrá de ser el resultado de lo que hoy precisamente decida sobre su vida.
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