El pasado 2 de mayo del presente año como a eso de las 13:30 recibí una llamada a mi celular del área jurídica de la Secretaría de Educación de Tabasco (SETAB).
Me informaron que requerían mi presencia en el jurídico de la SETAB para el día jueves 4 de mayo. Preocupado pregunté cuál era la razón del requerimiento, sin embargo, la persona que me llamó no supo decirme, que sólo debía presentarme a partir de las 9:00 y que ese día me darían un oficio para justificar la inasistencia a mis labores.
Tuve que solicitar permiso verbal a mi Directora para poder acudir hasta la Ciudad de Villahermosa y cumplir con el requerimiento jurídico (mi ruta: Huimanguillo-Villahermosa aproximadamente 1 hora 30 minutos).
El día 4 de mayo me presenté a las 9:30 en la Dirección de Asuntos Jurídicos y pregunté sobre mi caso. Acto seguido me atendió una “abogada” (entrecomillo abogada porque la persona, con todo respeto, dejaba mucho que desear para llamarla como tal).
La “abogada” me entregó un oficio de notificación el cual les comparto:
Me acusan de no rendir cuentas del programa de la Reforma Educativa del ciclo escolar 2015-2016, lo cual niego categóricamente. Se trata de recursos asignados a la escuela por un monto de $ 376,700.00
Sin embargo quiero precisar algunos sinsentidos en la notificación que me hace el área de asuntos jurídicos de la SETAB.
1.- Ya no soy Director del citado plantel educativo: fui beneficiado conforme a derecho con un cambio de escuela en el pasado proceso de cambios y permutas ciclo escolar 2016-2017 en el Estado de Tabasco (aquí una evidencia más de que las autoridades educativas saben todo menos dónde y qué están haciendo sus maestros).
Un maestro medianamente informado sabe que ningún trabajador se puede cambiar de centro de trabajo sin antes comprobar con una constancia de No Adeudo que no deja deudas económicas, de materiales (bibliográficos, de equipos o de mobiliario) y de documentos en la escuela ni en la comunidad.
Le hice ver a la “abogada” que estaban cometiendo un atropello, porque acredité los documentos necesarios para hacer valer mi derecho a cambio de escuela y eso implica que comprobé que no dejaba ninguna deuda en la comunidad escolar, por lo que el señalamiento a mi persona era improcedente.
En todo caso solicité que primero se investigue si en la escuela quedó resguardo de antecedentes documentales del programa (tal como se exige en los lineamientos del programa), pues yo ya no poseo ningún documento vinculado al programa en virtud de que ya no dirijo esa escuela.
2.- La notificación es un absurdo: Comprobé que en Tabasco se atropella a los trabajadores acusados de alguna irregularidad en el ejercicio del servicio público (ya sea docente o administrativo). ¿A quién se le ocurre notificar por teléfono y no por escrito?
Pero el colmo del absurdo es que en el área jurídica de la SETAB me entregan una notificación el día 4 de mayo para que yo me presente el mismo 4 de mayo con la advertencia que debía llevar obligatoriamente una identificación oficial y…¡17 documentos!
Y noten la advertencia de que si no me presentaba en la fecha señalada con los documentos solicitados, me iniciaban un proceso administrativo.
Obviamente la “abogada” enfrentó mi más enérgica protesta. No supo cómo refutar mis argumentos porque estaba consciente de que cometían una arbitrariedad.
Sólo esbozó a decirme que regresara mejor a las 13:00 hrs, que era la hora de la cita señalada en la tardía notificación.
3.- Amedrentamiento hacia mi persona: A las 13:00 hrs. volví. La “abogada” me insistió en los documentos y le recordé una vez más el absurdo. Me solicitó una identificación oficial y pidió que le respondiera unas preguntas necesarias para redactar un acta de hechos a través de una computadora.
Ingenuamente pensé que la “abogada” había tomado en cuenta mi argumento principal de que ya no estaba en ese centro educativo y que además, solicitaba una investigación sobre el paradero de los documentos en la Dirección de la Escuela.
Sin embargo noté que la “abogada” redactó en el acta que, efectivamente me había presentado a dar cumplimiento con la notificación, pero que no había cumplido con los documentos solicitados.
Es decir, insistía en que de acuerdo a la notificación que recibí absurdamente ese día, debí llevar los documentos requeridos.
Obviamente enfrentó de nuevo mi protesta, y le advertí que no iba a recibir ningún documento que señalara el incumplimiento de los documentos solicitados en virtud de que fui notificado de manera irregular.
El intercambio de argumentos subió de tono a grado tal que la “abogada”, acorralada y sin saber cómo refutar que fui notificado arbitrariamente me dijo: “…si no está de acuerdo, entonces retírese de aquí y traiga su abogado”
Esa actitud de la “abogada” no es más que el reflejo del proceder del cuerpo jurídico de la SETAB que no implementa protocolos correctos para notificar a los trabajadores del sector educativo cuando incurren en una irregularidad.
Es más, padecen una terrible soberbia que en vez de reconocer que se han equivocado, suben de tono y proceden a amedrentar y sembrar miedo en el servidor público para que, al final de cuentas, acepte sin chistar los procedimientos aunque sean retorcidos.
4.- Exijo una investigación: Que estoy dispuesto a que se investigue dónde están los documentos que se imputan a mi persona. Yo no los tengo. Estoy seguro que están en el centro de trabajo del que fui Director.
Que tengan sentido común, es decir, que si ya no estoy en ese centro educativo es porque dejé en orden la escuela, sin deudas de ninguna índole.
Pero insisto, por elemental transparencia, cuentan conmigo para saber el destino de los recursos económicos asignados a la escuela, pero rechazo de manera tajante que me culpen injustamente.
Dejo en claro que si el cuerpo jurídico de la SETAB insiste en un procedimiento jurídico en mi contra, tendrán seguramente mi defensa. Tengo convicciones rudas y no voy a permitir un atropello a mi persona. Estoy seguro que me asiste la razón y voy de frente cueste lo que cueste.
Por último, desde este espacio hago un llamado respetuoso al titular de la SETAB, Ángel Solís Carballo, para que tome nota de mi caso y detenga esta acción que considero no solo injusta y arbitraria, sino intimidatoria.
¡Nada debo, nada temo!