Tus maestros en tu último día en la Tierra

Dice un proverbio que el infierno será así: “En su último día en la tierra, la persona que fue, se reunirá con la persona que pudo haber sido”. ...
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Dice un proverbio que el infierno será así: “En su último día en la tierra, la persona que fue, se reunirá con la persona que pudo haber sido”. Imagine Usted ese encuentro, piense qué papel han jugado sus seres más cercanos en la persona que es Usted y reflexione: ¿qué rol tuvieron sus Maestros?

Remóntese a su primer año en la escuela, todos sus profesores han sido compañeros de viaje en su vida. Ellas y ellos se han pasado la estafeta de nuestra historia, quizá no están del todo conscientes de la huella que legaron, pero hoy son pieza fundamental de la versión que cada uno somos. Su profesión les da un lujo: participar activamente en una mejor o peor versión de cada persona. Y gracias a algunos (quizá muchos, dependiendo cada caso), pudimos desplegar nuestro potencial más allá de lo que nos imaginábamos. Los Maestros pueden ser esos agentes de cambio porque creen en nosotros, incluso más que nosotros mismos.

Así es el Mtro. Fredy de la escuela Nachi Cocom en Akil, Yucatán. Como él mismo lo cuenta, inició su carrera profesional intentando ganarlo todo. Buscaba que sus grupos participaran y ganaran todas las olimpiadas de conocimientos y competencias posibles. “Yo creía que ese era el camino, Manolo” –me dice- pero un encuentro le cambió la vida.

Un día se encontró con una ex alumna de su primera generación. Le preguntó sobre su vida. Ella le hizo saber que abandonó sus estudios. Fredy cuenta que es el golpe más duro que ha tenido: “sentí una vergüenza conmigo mismo y con la niña, me sentí avergonzado de no haberle dado lo que necesitaba”.

A partir de ese encuentro, se prometió a sí mismo hacer todo para no repetir la historia. Dejó las reglas institucionales, abandonó los premios y olimpiadas, y se avocó a romper paradigmas para concentrarse en lo que para él es lo más importante: ver a sus estudiantes como fin y el gusto por aprender como su mejor herramienta.

Fredy emprendió un viaje interior disruptivo para encontrar su nuevo camino. Entendió que el niño es capaz de transformar si se le escucha, pues las niñas y niños tienen un potencial gigantesco, solamente necesitan libertad, amor y una red que le inspire confianza. Por eso pensó que el cambio tiene que venir en tribu, pues como él lo expresa: “el trabajo colaborativo es mucho más allá de lo que puedas lograr en lo individual, pues cuando sumas las fortalezas de cada uno y las integras a un equipo, se puede superar cualquier defecto individual.” Fue así, que aquél profesor -visto en un inicio como loco por sus colegas- contagió a su comunidad basado en resultados, pues como sabemos, el gozo por aprender se ve en los ojos, no se puede esconder ese brillo de la emoción por descubrir y aprender. Hoy, la comunidad de Nachi Cocum es conocida como “los nuevos alquimistas”, dicen ellos que no enseñan sino inspiran y asumen que el aprendizaje debe usarse para transformar, su mantra pedagógico es: “porque te di alas de libertad, que nada ni nadie te detenga”.

https://www.youtube.com/watch?v=PLND3l3Vy0g

Los Nuevos Alquimistas trabajan por proyectos elegidos por las mismas niñas y niños; la tan anhelada ‘participación’ de los niños en su educación. Con esta estrategia los niños tienen habilidades para organizarse, trabajar colaborativamente y un peculiar gozo por aprender. Conscientes de la importancia de la colaboración, el equipo de Nachi Cocom es mucho más que la figura de un líder, hoy en día, es una comunidad de alquimistas que comparten y viven los mismos valores. Prueba de ello es que son la primera escuela en todo el país que se atrevió a participar de forma voluntaria en la evaluación de permanencia y hace unas semanas recibieron la noticia de que todos ellos obtuvieron resultados positivos.

Esta semana celebramos el día del maestro, el profesor Fredy fue reconocido con el premio estatal “Maestro Distinguido”, y nosotros, en Mexicanos Primero, refrendamos la importancia de que la sociedad mexicana reconozca a los Maestros, que es la más importante de todas las profesiones.

Ser un buen maestro es difícil, quizá porque para serlo, se necesita ser un gran ser humano, y gracias a profesionales del aprendizaje como Fredy, es que ese infierno que nos auguran, sea quizá el mejor encuentro de nuestras vidas.

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