POR ALGO se empieza y por lo menos, el Presidente Andrés Manuel López Obrador ya reconoció que hace falta mejorar el salario de las maestras y maestros del País.
Se trata de uno de los reclamos más sentidos que derriba el discurso insensible de la revalorización docente, es decir, el salario precarizado del magisterio.
Según el Presidente, en el tema del salario de los maestros se está haciendo todo lo posible para resolverlo.
“Hace falta el que se mejoren los salarios de los maestros, estoy consciente de eso, estamos buscando la manera de ayudarlos”, dijo el pasado 29 de marzo en la conferencia mañanera.
Y para resolver este tema, al Gobierno del Presidente López Obrador le quedan tres negociaciones salariales, o mejor dicho, tres oportunidades para cumplir con la alta expectativa que ya generó en el magisterio.
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Porque de aquí a lo que resta del sexenio las maestras y maestros estarán atentos a lo que resuelva el actual Gobierno en materia salarial.
Y no será con tablas de salvación, es decir, con algún incremento sustancial de recursos para programas como Promoción Horizontal, sino con un aumento generalizado que impacte en el salario base del magisterio.
Otra respuesta no sería otra cosa que desilusión magisterial hacia el Gobierno del Presidente López Obrador y su 4T.
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HABLANDO de negociaciones salariales, no hay manera de tomar en serio al Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), organismo que por cuarta ocasión realizó una consulta a las bases para conocer sus demandas en materia salarial y prestacional y, a partir de los resultados, construir el pliego de Demandas 2022.
Resulta oprobioso que el SNTE presuma que para integrar el Pliego Nacional de Demandas 2022 se tomó en cuenta la opinión de más de un millón 300 mil agremiados.
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Porque a eso que Cepeda Salas y compañía llaman consulta, no es otra cosa que un circo para simular lo que nunca han hecho (y jamás harán): escuchar a la base sindical.
Está claro que a esta altura de la gestión de Alfonso Cepeda Salas, quien piense o cree que el pliego que el SNTE entrega a la SEP se construye a partir de la consulta y refleja el sentir de los agremiados, lamentamos decirle que está estacionado en la ingenuidad.
Peor aún. El Pliego Nacional de Demandas tiene el sello de la casa porque es antidemocrático y no es transparente.
¿Por qué?
Porque Alfonso Cepeda Salas podrá decir lo que quiera, que en la integración del documento prevaleció el carácter democrático y bla, bla, bla, pero en los hechos, los agremiados del SNTE desconocen de manera concreta, qué es lo que demandan en materia salarial, prestacional y profesional.
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ES EVIDENTE que en la Secretaría de Educación Pública (SEP) hay mucha prisa por concluir con la construcción del nuevo marco curricular y el plan y programa de estudio.
Y es que en declaraciones recientes, la titular de esa dependencia, Delfina Gómez Álvarez, informó que una vez terminado este ejercicio “democrático”, iniciará el proceso de capacitación al magisterio para que dicho plan y programa de estudio llegue a las aulas escolares a través de “una experiencia enriquecedora y no un simple procedimiento administrativo”.
Aunque no dijo los cómos y los cuándos, sí podemos darnos una idea de lo que será la capacitación del magisterio si tomamos como referente la “organización” de las Asambleas y diálogos para construir el plan de estudios 2022.
¡Ahí les encargamos!