Perfiles Docentes, SEP: Los Dominios.

Tal como lo señalé en la anterior colaboración (SDP Noticias, 29 de octubre, 2019), el documento denominado “Marco para la excelencia en la enseñanza ...
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Tal como lo señalé en la anterior colaboración (SDP Noticias, 29 de octubre, 2019), el documento denominado “Marco para la excelencia en la enseñanza y la gestión escolar dirigidas al aprendizaje y el desarrollo integral de todos los alumnos: Perfil docente, directivo y de supervisión”, (Secretaría de Educación Pública, SEP, oct. 2019), “constituye un documento de trabajo cuyo objetivo es el análisis y la consulta relativa a los perfiles, dominios, criterios e indicadores que servirán como un referente durante los procesos de admisión, promoción, reconocimiento y formación del personal docente, directivo y de supervisión, conforme a lo establecido en la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (marco legislativo aprobado en septiembre de 2019).” (1)

En esta ocasión abordaré el tema relativo a “los dominios, criterios específicos e indicadores” que se establecen en el documento en revisión. Cabe resaltar que la actualización de los términos y los conceptos para estandarizar las evaluaciones dirigidas a las figuras educativas de la escuela pública, tiene la finalidad de fijar los criterios para el ingreso, la promoción y el reconocimiento de dichas figuras educativas (docentes y directivos escolares) de la Educación Básica.

También comenté en el texto anterior, que el lenguaje cambia (con respecto a las versiones anteriores), aunque no el contenido esencial de este Marco de referencia (la más reciente versión de los “PPI” se dio a conocer en febrero de este año). Ahora se habla de perfiles, dominios, criterios e indicadores. Desaparece, por lo tanto, la noción de “parámetros”. Por otra parte, insisto en el siguiente comentario: se introduce la noción de “excelencia de la enseñanza” en el cuerpo discursivo del documento en cuestión, aunque éste nunca precisa, bien a bien, qué es eso.

Nuevamente planteo la siguiente pregunta (que debido al espacio, no abordé con profundidad la vez pasada): ¿Cuáles son las ventajas y desventajas del nuevo orden institucional en materia de evaluación de las figuras educativas?

Dominios para Docentes

“1. Un maestro que prepara el trabajo en el aula para facilitar el aprendizaje de los alumnos. Este dominio refiere al conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que los maestros ponen en práctica al preparar la intervención didáctica con la finalidad de favorecer el aprendizaje de los alumnos y lograr que todos participen en actividades motivadoras, retadoras y con sentido para ellos. Criterios e indicadores: 1.1 Domina los aspectos centrales del currículo (escolar) vigente. 1.2 Conoce a los alumnos y comprende sus necesidades educativas. 1.3 Selecciona estrategias y actividades didácticas y de evaluación.

2. Un maestro que facilita el aprendizaje y la participación de todos sus alumnos. Este dominio abarca el conjunto de saberes didácticos que los maestros ponen en juego en el trabajo con los alumnos, a fin de favorecer su participación, colaboración, inclusión y aprendizaje, considerando lo planificado. Criterios e indicadores: 2.1. Propone a los alumnos actividades didácticas que les permiten obtener aprendizajes valiosos. 2.2 Adapta su intervención didáctica de acuerdo con las características y necesidades de aprendizaje de los alumnos. 2.3 Propicia la participación de los alumnos en el desarrollo de las actividades didácticas.

3. Un maestro que evalúa el aprendizaje de los alumnos con fines de mejora. Este dominio refiere al conjunto de saberes docentes vinculados con la obtención y valoración de información acerca del aprendizaje de los alumnos para apoyar la toma de decisiones que favorezca que todos alcancen los propósitos educativos. Criterios e indicadores: 3.1 Evalúa de forma permanente para el aprendizaje, al aprovechar la información en la mejora de los logros educativos. 3.2 Utiliza la información recopilada en la evaluación como insumo para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje.

4. Un maestro que atiende a los alumnos en un ambiente de equidad, inclusión, interculturalidad, convivencia armónica, seguro y saludable. Este dominio refiere al conjunto de saberes, habilidades y valores que los maestros despliegan en el trabajo con los alumnos en los diferentes espacios escolares a fin de construir formas de interacción enmarcadas en un trato adecuado, incluyente y respetuoso con todos: 4.1 Fomenta la sana convivencia, la seguridad y salud en el aula, y en la escuela, en un marco de respeto a los derechos humanos y a los derechos de las niñas, los niños y los adolescentes. 4.2 Manifiesta compromiso para asegurar que todos sus alumnos tengan igualdad de oportunidades de aprendizaje, con independencia de su género, origen étnico o condiciones sociales y culturales. 4.3 Apoya y acompaña a los alumnos según sus necesidades específicas, en particular de aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad o enfrentan barreras para su aprendizaje y participación.

5. Un maestro que aprende y colabora en la escuela para propiciar el aprendizaje y desarrollo integral de los alumnos. Este dominio apunta a la participación, colaboración y trabajo del maestro en la escuela, encaminados a prestar un servicio educativo de excelencia para todos los alumnos, lo cual le demanda comprometerse con una cultura de aprendizaje, en la que la mejora de los resultados educativos sea una aspiración común del colectivo docente: 5.1 Colabora con la comunidad escolar para que la escuela se organice y funcione de manera regular al tiempo que mejore su servicio educativo de manera continua. 5.2 Implica a las familias de sus alumnos en la tarea educativa de la escuela y en el fomento del desarrollo integral de estos. 5.3 Participa en acciones orientadas a la mejora de su práctica y a su desarrollo profesional.”

Dos aspectos que conviene resaltar, a manera de observación crítica, es que estos dominios, criterios específicos e indicadores, que corresponden al perfil del “docente ideal”, corren el riesgo en quedarse en mera retórica o en un nivel de “buenas intenciones”, si la estructura educativa y escolar se mantiene intacta, es decir, si ésta no se mueve conforme a las necesidades sociales del cambio educativo. Si bien las iniciativas para transformar los conceptos, criterios e insumos técnicos para la evaluación de las figuras docentes y directivas, es un tema destacable (sobre todo por su interés u orientación hacia la innovación educativa, a partir de las necesidades del trabajador de la educación y, por supuesto, de los educandos), lo cierto es que las burocracias educativas, sobre todo las altas autoridades educativas federales y estatales, caminan en sentido contrario a estas mismas iniciativas de evaluación integral y con sentido formativo.

La profundidad y pertinencia del cambio educativo, a nivel de sistema, no se podrá dar sólo con la transformación de los criterios que se establezcan para realizar las evaluaciones correspondientes para docentes y directivos de escuelas, sino que éstos deberán de acompañarse de cambios sustantivos en la estructura educativa de las localidades, de los estados o entidades federativas, y a nivel federal. Y con esto me refiero al cambio en los criterios de contratación de las altas autoridades educativas, así como en la operación de los mandos medios y directivos del sector educativo (institutos o unidades de servicios educativos en los estados). O dicho en otras palabras: ¿Quién evalúa y con qué criterios a las autoridades educativas federales y locales?

Por cierto y con justa razón, las maestras y maestros de Educación Básica pública, a esto lo señalan o lo dicen de manera directa: “Estoy de acuerdo con los sistemas evaluación diagnóstica o para la promoción, siempre y cuando nos den las condiciones para realizar un trabajo profesional completo, digno y a la altura de las necesidades de mi comunidad educativa y social”.

Si seguimos la analogía empleada en alguna ocasión por el Dr. Manuel Gil Antón, los perfiles, criterios, dominios e indicadores están confeccionados como para contar con un “operador” ideal de unidad de transporte público (mejor conocida como “Micro”), pero el problema es que dichas unidades están “destartaladas” o en las peores condiciones de funcionamiento y operación. Entonces el problema no está en los docentes (si cumplen o no con el perfil ideal), sino que el problema es más complejo, puesto que tiene que ver con la crisis de la infraestructura escolar y con el sistema de relaciones burocráticas, así como con las relaciones sociales-culturales que tienen lugar, como fenómeno, en las redes de escuelas públicas.

En una siguiente colaboración describiré los perfiles, dominios, criterios e indicadores que presenta el documento de la SEP que ahora comento, para el caso específico del perfil del directivo o director escolar, así como del supervisor de zona escolar, ambas figuras clave en el derrotero del cambio educativo orientado a asegurar el derecho pleno a la educación.

Fuente consultada:

(1) “Marco para la excelencia en la enseñanza y la gestión escolar dirigidas al aprendizaje y el desarrollo integral de todos los alumnos: Perfil docente, directivo y de supervisión”. Documento de trabajo. SEP, Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. Octubre, 2019.

Correo-e: jcmqro3@yahoo.com

Twitter: @jcma23


Artículo publicado en SDPnoticias.

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