Letargo

Las escuelas mexicanas actualmente presentan una crisis de liderazgo, aunque este es un problema histórico. Hoy en día se ha acentuado por la pandemia ...
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Las escuelas mexicanas actualmente presentan una crisis de liderazgo, aunque este es un problema histórico. Hoy en día se ha acentuado por la pandemia del virus Coronavirus-2 (SARS-CoV-2), en donde los dirigentes educativos en cada uno de sus niveles, se han convertido en meros comunicadores y transmisores de información, que en cascada pasan los datos de boca en boca o de mensaje en mensaje para que docentes, alumnos y padres de familia se encuentren “informados”.

El docente, en este caso los directores escolares, han dejado de ser modelo, guía, consejero, fundidor, mediador, líder y autoridad, todo ello asumido desde la perspectiva social o individual para dirigir una escuela, pues en sus funciones, tal vez no se establecen estos roles, sin embargo la dinámica escolar orilla a fungir de estas formas para solventar los problemas o proponer soluciones que se presentan de manera cotidiana en las escuelas de educación básica. Lo que por décadas se ha requerido a los directores escolares respecto al liderazgo educativo, a pesar de que hoy en día carece de forma pero, como advierte Eduardo Andere en su libro ‘Director de escuela en el siglo XXI. ¿Jardinero, pulpo o capitán?’, la investigación en liderazgo es aún periférica” (p. 15). De este modo la función directiva escolar es un sin fin de posibilidades administrativas y pedagógicas que sirven al objetivo de consolidar los aprendizajes de los alumnos, sin embargo se han visto obstaculizadas por la estrategia emprendida de tele-educación en donde los docentes a través de estrategias de comunicación y control de actividades, vinculan libros de texto, programas de televisión y contenidos de planes y programas de estudio con respuestas intermitentes y nulas por parte de los alumnos y padres de familia por un sin fin de argumentos válidos o no, respecto al cumplimiento y participación de las actividades escolares a distancia, ¿entonces dónde queda la participación y función del director escolar?

Sin lugar a dudados hoy, la participación e influencia del director escolar pasa de ser un líder académico y social a un simple comunicador de noticias e información oficial, pues no existen condiciones para que esta autoridad educativa influya en el aprendizaje de los alumnos de manera directa, pues las funciones bastan en coordinar las actividades, procesos y tareas de la mejor manera posible pues la distancia, medios de comunicación deficientes y la nula comunicación con algunos alumnos y padres de familia imposibilitan la participación activa de los directores escolares.

Cabe resaltar que en algunos de los casos los directores escolares mantienen comunicación con docentes, padres de familia y alumnos, pues participan de manera activa en las sesiones de videoconferencia con alguno de estos sectores, a pesar de que la estrategia a nivel nacional sea a través de la televisión, estos insisten en mantener una relación virtual y muchas ocasiones obligan a efectuar las clases online a pesar de que los alumnos tengan dificultades y carencias para conectarse a las clases, aunque de no hacerse, también estarían cuartando la oportunidad a los alumnos que si cuentan con recursos y posibilidades digitales. Es complejo pensar en la justicia y equidad en estos momentos.

La función bien intencionada de los directores se han limitado a proveer información y dotar de algunas alternativas de educación a distancia, respecto a la planeación de actividades y comunicación con alumnos a través de las distintas opciones digitales que actualmente existen, investigar y explorar las aplicaciones, plataformas, servicios y medios virtuales.

Es que entonces el liderazgo educativo por parte de los directores escolares, se ha visto mermando y limitado, pues a pesar de la intención de dirigir las acciones de educación a distancia y soportar e intervenir académicamente hablando, la situación de rezago y discriminación en la población redujo las acciones de la escuela por motivar a la continuidad escolar.

Las competencias y habilidades directivas, sólo se ponen en practica a través de cualquier medio de comunicación con los docentes, llegando a ellos para escuchar, debatir y ayudar a solventar necesidades o problemáticas con alumnos, sin embargo los que tienen el trato con alumnos y padres de familia son los docentes, obteniendo por respuesta, desinterés, ausentismo, desaparición y un sin fin de situaciones que ocurren con los alumnos y padres de familia respecto a las actividades escolares a distancia.

El director escolar vive sus días con presión, sometimiento, agilidad de decisión, tormento administrativo, estrés, entre otros. Hoy en día, derivado del confinamiento, se mantiene en un estado de letargo intermitente salvo cuando haya que responder a las solicitudes de las autoridades y/o procesos educativos inmediatos.

Quiero dejar en claro que la situación sanitaria y de salud ha sido crítica y severa, admitiendo que no hay posibilidades para que esto cambie o alternativas para hacerlo más llevadero, hasta que existan garantías para volver a las aulas de manera presencial, sin embargo, lo que queda a los directores escolares, es continuar con una función de organización a distancia y emprendimiento “educativo” a través de medios de comunicación, porque más adelante vendrá una tarea titánica, al regresar a las clases las escuelas y alumnos estarán derrumbados. Es ahí en donde el liderazgo directivo retomará el camino para levantar las ruinas, para seguir construyendo de manera interminable la educación del país.


Referencias

Andere, E. Director de Escuela en el siglo XXI. ¿Jardinero, pulpo o capitán? 2017. Siglo XXI Editores: Ciudad de México

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