Innecesaria reelección de Elba Esther Gordillo y pésimo mensaje para la democracia sindical.

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Si algo debo reconocer a los gendarmes del sindicato de maestros es precisamente la solemnidad hacia los estatutos del SNTE.   Sabedores  de que los mismos prohibían la reelección de la Presidenta, se sacaron cual brillantes genios una reforma que eliminara esa figura.

Fuimos testigos de  la  lucidez política de la Maestra Elba Esther  que le permitió  labrarse su camino hacia su innegable hegemonía sindical.   Eso verdaderamente se admira.

Y vaya, ni la burla perdonan nombrando «innovación»  a la planilla que en automático encabezara la Maestra.

¿Alguien puede discutir la legalidad de lo sucedido en el VI congreso nacional extraordinario del SNTE?.    Nadie porque las decisiones emanadas de dicho congreso son legales.   Si, así como se lee, legales, aunque su reelección sea  a todas luces  inmoral.

En adelante  veremos  a los integrantes del  cuerpo gobernante del sindicato  llenar sus bocas de discursos sobre democracia, autonomía y transparencia sindical.   Al final de cuentas eso ha sido redituable;  desde las dádivas,  hasta los discursos impregnados de falacia.

Discursos en pleno siglo XXI caducos y manipuladores.   Una especie de comunismo sindical.

Para la Maestra, saberse reelegida, sin duda la fortalece.   “Haiga sido como haiga sido” pero tendrá suficientes bonos para refutar a sus detractores que cuestionan su liderazgo.

Porque allá en Quintana Roo fue victima del arropo unánime de los congresistas.   Se dejó querer por los maestros y maestras que coreaba su nombre al unísono.   Sabía de su localía y, como buena  anfitriona,  hizo de todo para corresponder  a su público.

Aprovechó el maravilloso escenario para mandar mensajes y dedicatorias a  quienes exigen transparencia sindical, en especial a Mexicanos Primero que fue conminado a transparentar el Programa Bécalos.   Además,  enarboló la bandera pro educación gratuita y de calidad.

En pocas letras, disfrutó al máximo su momento, su anticipada victoria.

Pero ante tanta emoción, que pésimo mensaje,  sobretodo para  un gremio que pone su grano de arena para cultivar la vida democrática del País.   La pregunta,  ¿era necesario que nuevamente Elba Esther Gordillo encabezara el gremio magisterial?   Mi particularidad me dicta que ya no era necesario.    Sus seguidores me perdonen pero creo que ya era tiempo para  dar salida a su liderazgo, que sigue  teniendo, pero que ya no abona nada  a la traída y llevada innovación sindical.

Era momento para un «retiro digno» y callar a quienes anticiparon su reelección mucho antes de efectuarse el VI congreso nacional extraordinario, sin embargo, la Maestra no está preparada para ello.   Necesita vigencia y poder para alimentar el ego que le ha permitido dirigir  al gremio más poderoso de América Latina.

Sin más, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación seguirá siendo objeto de un férreo escrutinio social, no por lo que significa en la vida política del País, sino porque seguirá controlado por la cúpula de la Maestra Elba Esther Gordillo Morales,  por seis años más.