Inicia la ruta de análisis para la nueva reforma educativa.

Rubén Rocha Moya, presidente de la Comisión de Educación, dijo que en el Congreso de la Unión habrá dos fases de reforma educativa. La primera, para ...
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Rubén Rocha Moya, presidente de la Comisión de Educación, dijo que en el Congreso de la Unión habrá dos fases de reforma educativa. La primera, para modificar la Constitución, la segunda, para trabajar en las leyes secundarias.

Al iniciar los trabajos del tercer foro “Hacia una nueva legislación para el fortalecimiento de la educación de niñas, niños y jóvenes”, Rocha Moya señaló que la reforma a la Constitución “debe estar suficientemente salpicada del discurso pedagógico”, pero también es importante la opinión de los maestros.

Luciano Concheiro, subsecretario de Educación Superior de la Secretaría de Educación Pública (SEP), presentó la iniciativa del Ejecutivo Federal para reformar los artículos 3, 31 y 73 de la Constitución. Reiteró que por error se borró lo relativo a la autonomía de las universidades en la fracción VII del artículo 3, pero ya se ha incluido.

Dijo que la reforma adiciona universalidad, integralidad y excelencia con equidad, como principios de la educación pública en México. Así, a partir de su aprobación, el Estado tendrá la obligación de garantizar que la educación cumpla con dichos principios, indicó.

Abundó que la educación no puede ser un negocio y que es esencial la gratuidad para el Gobierno Federal. Añadió que la SEP ha dialogado con representantes de centros de educación privados y hay coincidencia en lo anterior.

Detalló que la cobertura nacional de educación es de 38.4 por ciento, aunque en más de la mitad de los estados están por debajo de la media nacional. Dijo que la formación de los educandos requiere la intervención de un magisterio que sea agente de transformación social.

Por su parte, Axel Didrikson, profesor Investigador de la UNAM, planteó las estrategias básicas de transformación que debe contener la política educativa: Uno, elaborar la Ley Nacional de Educación para regular el sistema educativo en general; dos, establecer un sistema articulado para la educación superior que evite la fragmentación actual; tres, impulsar el sistema vocacional y técnico para la investigación e innovación; cuatro, desarrollar el sistema cognitivo del aprendizaje, desde preescolar hasta los niveles medio y superior de la educación.

Otro profesor Investigador de la UNAM, Angel Díaz Barriga, afirmó que la educación superior “es un caos”, donde el sistema de evaluación “es una mina de oro” que desvirtúa el trabajo docente.

Por ello, propuso que desaparezcan el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y el Centro Nacional de Evaluación para la Educación Superior A. C. (Ceneval), porque su trabajo sólo sirve para integrar los indicadores educativos y acabar con la vocación docente. Cuando se consulta información, criticó, responden con su derecho a la confidencialidad.

Sergio Navas Martínez, académico de la Universidad Pedagógica Nacional, indicó que la nueva reforma educativa debe ser sometida al mismo proceso legislativo que la recién aprobada Guardia Nacional, donde se aplicó por primera vez el sistema de Parlamiento Abierto, se logró el consenso y el acuerdo para que fuera avalada en forma unánime por los senadores de todos los grupos parlamentarios.

En tanto, el Doctor Alberto Martínez Martineli, profesor Investigador de la Universidad Veracruzana, planteó la necesidad de incorporar un esquema transversal en los planes de estudio de las Escuelas Normales del país, donde hasta hoy su sistema de enseñanza y aprendizaje de nuevas tecnologías de la información y la comunicación “es confuso e insuficiente”, aseguró.

Al tercer foro también asistieron los senadores Daniel Gutiérrez Castorena, Beatriz Paredes Rangel, Guadalupe Saldaña Cisneros, Aníbal Ostoa Ortega, Minerva Hernández Ramos y Claudia Edith Anaya Mota.

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