¿Dónde de está la crisis?

Comúnmente asociamos la palabra crisis al tema financiero, que si hay devaluaciones, que si existen los llamados saca dólares, inflación altísima que ...
Image

Comúnmente asociamos la palabra crisis al tema financiero, que si hay devaluaciones, que si existen los llamados saca dólares, inflación altísima que aumenta los precios de los productos que cotidianamente usamos. Sin embargo, basta para la mayoría del magisterio subirnos a la báscula para contradecir todas las cifras macroeconómicas y las teorías sobre que no alcanza para comer y para alimentarnos bien, la maquina automáticamente nos pone en nuestro sitio, es demoledor para un docente saber que está rondando los 100 kilos de peso y con una estatura promedio de 1.60 a 1.70, además de comenzar a requerir tallas con la medida X,  es un signo de que la crisis está presente en nosotros, pero en otra forma y este si puede ser mortal. Hoy no hablaremos del manejo de la economía por los tecnócratas, de las propuestas de los que desean cambiar el neoliberalismo, no, hoy el tema es, la crisis existencial que tenemos en algunos aspectos de nuestras vidas. Nuestra crisis comienza con el peso, no podemos plantearles a nuestros alumnos el plato del buen comer, si nosotros seguimos comiendo los tacos, panuchos, empanadas y todas esas sabrosas comidas cargadas de calorías que todavía se venden en las escuelas o en otros casos a sus alrededores.

Generalmente ponemos muchos pretextos, que no hay donde comprar, que el gobierno no da los desayunos correctos, que hay mucho bombardeo en la televisión y que llevar una dieta significa invertir mucho dinero en frutas, verduras y carnes especialmente blancas como pollo y pescado.

Nada es más falso como el pretexto, sirvo de ejemplo cuando perdí el interés de seguir pesándome, llegaba a pesar 120 kilos, por mis malos hábitos alimenticios y laborales, más lo primero que lo segundo y cuando comenzó aumentar mi nivel de azúcar, el hígado se llenó de grasa, la colitis nerviosa era de todos los días, la presión elevada constantemente pues solo necesite un empujoncito para ser intervenido por una afección del colon, actualmente he perdido cerca de 20 kilos y no le tengo un gran amor a la comida sana, pero obligadamente voy acostumbrándome, llevo toda una vida dedicada a las carnitas y los refrescos, no es fácil ningún cambio, sin embargo comparto la reflexión sobre todo porque es increíble como la crisis de obesidad a nivel mórbido está pegando al magisterio y cuando los políticos lanzan iniciativas de ley para darles cargas a los docentes para que sean estos quienes con la simple teoría del plato del bien común, pesándonos y hablando de comer sanamente, traten de revertir prácticas que debería regular la Secretaria de Comunicaciones al permitir tantos anuncios nocivos de comida chatarra, debería intervenir también la SEP vía la CONADE, pues se acabó el incentivo de ir a las unidades deportivas, están en el total abandono, el deporte amateur es inexistente en el país y resulta una miopía del aparato gubernamental para acabar con los gorditos su política alimentaria en la SEDESOL, los maestros estamos siendo objetos de responsabilidad para acabar con una pandemia que sigue creciendo y arrasa los presupuestos de salud con enfermedades derivadas del aumento de kilos, por ello es importantísimo cuidar lo que nos comemos diariamente y hacer algo de ejercicio, el tema alimentario es una agenda ausente de todos los candidatos a los puestos de elección popular, por ello en los planteamientos a los políticos que pueden ganar las elecciones hay que insistir en que una Reforma Educativa para revertir la política actual que amenaza el trabajo de muchos trabajadores de la educación sí, pero también hay que incluir una política de estado para elaborar un diseño público que considere como alta prioridad eliminar millones de kilos que tenemos en exceso, una de ellas puede ser que las escuelas y sus integrantes docentes, alumnos y padres que logren bajar estos índices de masa muscular puedan lograr incrementos en sus presupuestos para sus centros escolares, sino existe vinculación alguna, tendremos ahora si mayores presiones sobre las clínicas del ISSSTE e institutos locales de salud atendiendo las consecuencias de este mal, que como asignatura están reprobados los gobiernos, mientras eso sucede el esfuerzo individual solo alcanzara como éxito personal y para mejorar nuestra calidad de vida, con un efecto personal de ejemplo para nuestros alumnos.

Por ello la próxima vez que vayamos a la báscula, preguntémonos, ¿Dónde está la crisis?

TEMÁTICAS: