Discurso íntegro de Juan Díaz de la Torre al solicitar licencia definitiva a la dirigencia del SNTE

Compañeras y compañeros maestros y sindicalistas: México está entrando a una nueva etapa de su evolución y desarrollo, aprobada por el voto ...
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Compañeras y compañeros maestros y sindicalistas:

México está entrando a una nueva etapa de su evolución y desarrollo, aprobada por el voto mayoritario de millones de mexicanos en las recientes elecciones presidenciales y legislativas.

El sistema educativo y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, están llamados a contribuir nuevamente al desarrollo del país. A jugar un papel estelar en la construcción del futuro. Pueden ser, no tengo duda, piezas centrales de la cuarta transformación nacional.

El SNTE está preparado para renovar su alianza con el Estado y la sociedad, con cuatro propósitos:

•Luchar por la plena vigencia del Artículo Tercero Constitucional y el fortalecimiento de la escuela pública;

•Luchar por la educación al servicio del pueblo, para impulsar el desarrollo nacional;

•Defender siempre los derechos y reivindicaciones de los trabajadores de la educación; y

•Ser garantes del funcionamiento de los servicios educativos, poniendo el derecho a la educación por encima de cualquier interés particular, de persona o grupo alguno.

Así y solo así lograremos apoyar la política educativa del nuevo gobierno, y asegurar el derecho a la educación de todos los mexicanos.

En los últimos seis años, quienes compartimos la responsabilidad de dirigir al SNTE, hemos logrado cambios muy importantes:

•En primer lugar, logramos salvar a la organización de su más grave crisis, en febrero de 2013:

-Cuando se cernía sobre nosotros la amenaza de pulverizar al sindicato, salvamos su unidad, su autonomía relativa, y mantuvimos su funcionamiento institucional.

-Lo hicimos, además, sin prestarnos al juego sucio de la defenestración ni la discordia.

•Logramos adaptarnos y transitar sobre cambios profundos en la legislación y la operación de la política educativa….

-Frente a una amenaza a los derechos laborales, fuimos capaces de frenar la evaluación punitiva, y poner el acento en la actualización y superación profesional del magisterio.

•Ante las amenazas de privatización, asumimos la defensa de la educación y la escuela pública, reivindicando la plena vigencia del Tercero Constitucional.

•Al interior del gremio, renovamos la representación y representatividad sindicales en todo el país, haciendo más horizontal y más democrático el funcionamiento del Sindicato.

-Construimos un modelo de transparencia y rendición de cuentas que no tiene ningún otro sindicato de todo el país.

-Defendimos los derechos de todas y todos nuestros compañeros sin dejar a nadie desprotegido;

-Consolidamos cambios para garantizar la equidad de género, y recuperamos además el trabajo con las comunidades rurales, indígenas y urbanas marginadas.

Hoy somos un sindicato más democrático, más transparente, más respetado socialmente, más dispuesto a mejorar la calidad de la educación, y con mayores capacidades para defender la escuela pública y los derechos de nuestros agremiados.

Los nuevos tiempos nos imponen nuevos retos y oportunidades.

Tenemos quizá la primera oportunidad verdadera, desde la fundación del Sindicato, de profundizar la democracia sin el yugo ni la intervención de grupos de poder ni esferas de gobierno.

De consolidar la libertad, la unidad y autonomía de manera real y efectiva; asumiendo, junto con el próximo gobierno, el compromiso de respetar la vida interna de los sindicatos, y terminar con la historia de protección a líderes, de charrismo y corporativismo sindicales.

Estas oportunidades nos obligan a profundizar nuestra transformación, a desplegar nuevos esfuerzos, y por qué no decirlo, a realizar nuevos sacrificios.

Yo estoy dispuesto a dar los primeros pasos para contribuir a estos objetivos, bajo el signo de la cuarta transformación nacional.

Por ello he tomado una decisión serena, responsable, reflexionada profundamente para el bien del Sindicato y de la educación.

He decidido solicitar a este Consejo Nacional una licencia definitiva al cargo de Presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

Estoy convencido de que no debemos repetir las experiencias pasadas de enquistar líderes fuertes –carismáticos o morales—, que obstruyen la vida democrática, que terminan asumiendo por sí mismos las decisiones del Sindicato, así como el manejo patrimonial de sus recursos.

Un Sindicato de educadores, de hombres y mujeres libres, tiene que dar este paso definitivo para superar y dejar atrás aquellas experiencias de liderazgos patrimonialistas y excluyentes.

No aspiro, no aspiré nunca a construir un nuevo liderazgo de ese tipo, de ese cuño.

Desde que asumí la dirigencia nacional del SNTE –el honor más grande que he tenido—, dije que mi contribución sería, precisamente, interrumpir la historia de liderazgos morales y cancelar la sucesión de cacicazgos…

Quienes dan seguimiento a la información del SNTE saben que fue así como lo dije, y que hoy lo estoy cumpliendo.

Esta solicitud de licencia, NO es, y debo reiterarlo para que no haya confusiones, NO es, un salto al pasado para regresar a los liderazgos vitalicios. Es precisamente un paso para cerrar el camino a las tentaciones del poder enfermizo, de la eterna ambición.

Lo digo sin ánimo de ofensa ni descalificación.

Lo digo convencido de que, en los nuevos tiempos: la gran oportunidad es conquistar la verdadera democracia, sin tutelajes ni dependencia de fracción o liderazgo moral alguno.

Esta licencia NO es derivada de influencias externas, sino el ejercicio más claro de nuestra autonomía y el inicio de una travesía hacia una nueva etapa de nuestro sindicalismo democrático.

Para hacer realidad estos objetivos, quiero proponer cambios a nuestros estatutos:

-Uno, para que se elimine la figura de la presidencia del SNTE, figura que terminó casi siempre subordinando al Comité Ejecutivo Nacional; y

-Dos, para que se establezca una comisión que revise cómo establecer el voto universal, directo y secreto como método para la elección de dirigentes sindicales.

Propongo, igualmente, iniciar un proceso de reconciliación, bajo la premisa única de fortalecer la unidad nacional del Sindicato.

-Esta reconciliación no será, de ninguna manera, espacio para la imposición ni revancha de grupo alguno.

-Es una propuesta de reconciliación verdadera, que deberá ser conducida de manera institucional por nuestro Secretario General, quien tiene la legitimidad y las facultades estatutarias para llevarla a cabo.

Propongo, además, que los órganos de gobierno del SNTE asuman la urgencia de reconstruir la relación de alianza histórica con el Estado y el Gobierno de la República para hacer de la educación una verdadera prioridad nacional; para reivindicar la figura del magisterio, mejorando sus condiciones profesionales y de vida.

Queridas amigas y amigos:

Al solicitar esta licencia, quiero expresar mi agradecimiento a cada una y cada uno de ustedes, a quienes me apoyaron desde los distintos órganos de gobierno, en esta ardua y trascendente gestión sindical, que permitió salvaguardar la viabilidad del sindicato y avanzar sustantivamente hacia su democratización.

Sobre todas las cosas, quiero reconocer y agradecer a cada maestra y maestro del país: expresarles el mayor de mis afectos, mi orgullo más grande por formar parte del magisterio y haber recorrido esta etapa con ellas y ellos, desde el Sindicato, haciendo todo lo posible por defender sus derechos, por promover sus reivindicaciones, por representarlos dignamente.

Compañeras y compañeros sindicalistas:

El magisterio puede ser el aliado más importante del próximo gobierno, para construir el nuevo régimen que promete la cuarta transformación.

La única condición es que efectivamente el SNTE avance en sentido de profundizar su democracia interna, su autonomía y su carácter nacional y unitario.

Veo el futuro con optimismo. Veo un Sindicato fortalecido desde su base, con nuevas prácticas democráticas y sin tutelas de ningún signo.

Veo una renovada alianza entre el Estado y el magisterio, en bien del pueblo de México; en especial de los más pobres, quienes más necesitan la acción del Estado y la solidaridad del magisterio.

Veo un magisterio que, como lo hizo a la fundación del SNTE en 1943, hoy puede ser el aliado que potencie los cambios del nuevo Estado Mexicano.

Si ha de tener éxito la cuarta transformación, será con el magisterio mexicano de su lado, de manera democrática y corresponsable, en bien del pueblo de México.

Aspiro con toda mi voluntad a que las decisiones que tomemos en este Consejo Nacional contribuyan a cumplir todos estos objetivos…

Muchas, muchas gracias queridas y queridos compañeros