Unidad, el clamor del Presidente.

Llegó el 2015 y el Gobierno Federal clama unidad nacional, de izquierda a derecha. Se debe a que no fue un 2014 de bienaventuranzas para el Presidente ...
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todos somos ayotzinapa epn_optLlegó el 2015 y el Gobierno Federal clama unidad nacional, de izquierda a derecha.

Se debe a que no fue un 2014 de bienaventuranzas para el Presidente Peña Nieto que a tan solo dos años de gobierno comenzaba a marcar la historia como el Presidente que se atrevió a reformar México.

Sin embargo, los yerros del Gobierno peñanietista son tan abruptos que no le conceden razón ni derecho para clamar por la unidad nacional.

La corrupción campea a sus anchas, y la prueba fehaciente se retrata en la muy famosa “casa blanca” de las Lomas, según adquirida de manera legal por la primera dama, Angélica Rivera.

Las explicaciones  desde la Presidencia de la República no contradicen en nada el evidente conflicto de interés de la familia presidencial con  Juan Armando Hinojosa, contratista privilegiado desde el Gobierno de Enrique Peña Nieto en el Estado de México.

Al quite se sumó uno de los brazos derechos e incluso señalado como posible presidenciable en 2018, Luis Videgaray, el actual Secretario de Hacienda, que también se vio beneficiado con un crédito para adquirir su casa en la mejor de las condiciones, también vía Juan Armando Hinojosa.

De la noche a la mañana,  Grupo HIGA se convertía en una piedra en el zapato para Enrique Peña Nieto.  Sin duda el precio de la corrupción.

Y por otro lado la impunidad, ineficacia e insensibilidad en torno al doloroso caso de los 43 normalistas de Ayotzinapa.

Desde el tardío pronunciamiento del Presidente, hasta su llamado indolente a superar tal brutalidad.

Y es que nublado por la crisis nacional e internacional el mandatario de la Nación pidió en la inauguración del puente Coyuca, en  el Estado de Guerrero, con tal simpleza  abominable; que ya superáramos la etapa y que diéramos el paso hacia adelante.

Le secundaron en automático, como si se tratara de un guión tramado, el secretario de Marina Vidal Soberón, que aseguró que los padres  de los normalistas desaparecidos eran objetos de manipulación  de “grupos o “personas” que solo lucraban con su dolor.

«A mí sí me da tristeza que dentro de todo esto haya personas o grupos que lucren con el dolor de los padres de estos muchachos. Dicen una cantidad de mentiras, muchos hechos que no son ciertos, y toda esta gente trata de manipular la información para alcanzar objetivos individuales y de grupo. No se vale lucrar».

Aderezado el momento por la entrevista del que ahora entendemos como uno de los principales asesores del Presidente Peña, Aurelio Nuño, para el influyente Diario Español El País donde desestimó las crecientes manifestaciones sociales que no solo exigen justicia por el caso Ayotzinapa, sino también repudio por el desaseado comportamiento de los políticos mexicanos en la administración del País.

«No vamos a sustituir las reformas por actos teatrales con gran impacto, no nos interesa crear ciclos mediáticos de éxito de 72 horas. Vamos a tener paciencia en este ciclo nuevo de reformas. No vamos a ceder aunque la plaza pública pida sangre y espectáculo ni a saciar el gusto de los articulistas”, dijo un envalentonado jefe de la oficina de la Presidencia de la República.

Tal declaración es sin duda el entendimiento que desde los Pinos se le ha dado a la convulsa movilidad social que exige justamente transparencia, seguridad, alto a la impunidad y justicia.

Con el antecedente, sumado además a que ningún ajuste en la política pública para enderezar la ruta del Gobierno Federal merece el cese de funcionario alguno,  el Presidente Enrique Peña Nieto pide de cara a su tercer año al frente del País:  «no dividirnos ni rendirnos».

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