Niñas y niños presentes desde 1º de preescolar

Julieta Guzmán*. La educación preescolar tiene el potencial de reducir la brecha de habilidades cognitivas y lingüísticas que se observan entre las ...
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Julieta Guzmán*.

La educación preescolar tiene el potencial de reducir la brecha de habilidades cognitivas y lingüísticas que se observan entre las niñas y niños provenientes de contextos de bajos recursos y los que crecen con menos carencias (Jarillo, 2014). La falta de atención o la atención con baja calidad durante esta etapa tiene consecuencias difíciles de redimir en años posteriores.

En México, desde el ciclo escolar 2008-2009, son obligatorios tres años de educación preescolar, de los tres hasta los seis años de edad.

Después de ocho años, los resultados nos muestran que todavía sólo tres de cada diez niños de tres años llegan a los jardines de niños a nivel nacional (ICRE, 2016). Existe una gran área de oportunidad aún con respecto a la atención; las entidades deben esforzarse más en entender por qué las niñas y los niños no están llegando a las escuelas preescolares.

Es necesario que las entidades redoblen esfuerzos para incrementar la cobertura, pero esto es sólo un primer paso. Las entidades tienen la responsabilidad de asegurar la calidad del servicio que brindan a las niñas y niños en preescolar. Un sistema educativo de calidad se caracteriza por tener como eje de todos sus esfuerzos el derecho a aprender.

El derecho a aprender es un derecho habilitante: abre la posibilidad de aprender y de seguir aprendiendo, de ser y crecer y de ejercer otros derechos. El derecho a aprender exige que la educación sea doblemente incluyente. La primera inclusión se refiere a lograr trayectorias completas: que niñas, niños y jóvenes permanezcan más horas, más días y años en la escuela para que todos alcancen por lo menos el bachillerato. La segunda inclusión requiere que dicha trayectoria sea exitosa, de manera que todas y todos logren un aprendizaje integral, adecuado y suficiente para poder participar como ciudadanos globales y continuar aprendiendo a lo largo de su vida.

Uno de los factores más importantes para el logro de los aprendizajes –por ende para el ejercicio del derecho a aprender- son los docentes. En preescolar, de los maestros que se presentaron a la evaluación de permanencia, sólo uno de cada cien se ubica en el nivel destacado (CNSPD, 2015). Este dato señala las deficiencias del sistema de formación docente. Es obligación URGENTE de las entidades ofrecer programas y oportunidades de aprendizaje profesional docente.

Cuando hablamos de oportunidades de formación docente, hablamos de una oferta dirigida a las habilidades y competencias que cada profesional debe desarrollar para seguir aprendiendo y mejorar cada vez su trabajo cotidiano. Las entidades deben acercarse a los docentes, observar su práctica, y de manera conjunta, definir cuál es la mejor propuesta para su formación.

El ejercicio del derecho a aprender requiere también de condiciones dignas. La existencia de servicios básicos como agua, luz eléctrica y drenaje son imprescindibles en un inmueble escolar porque, además de apoyar al derecho a aprender, protegen otros, como el derecho al bienestar, la seguridad y la protección, y la salud. A nivel nacional nueve de cada diez preescolares cuentan con sanitarios, sin embargo existen entidades como Chiapas en las que cuatro de cada diez escuelas no cuentan con este servicio básico (CEMABE, 2013).

Además de excelencia en la formación de las personas que acompañan su aprendizaje y condiciones dignas, los niños necesitan libertad y tiempo para jugar como bien señala Kay Redfield Jamison. El juego es la mejor manera para aprender; sin embargo, en México sólo seis de cada diez preescolares cuentan con espacios recreativos (CEMABE, 2013). Este dato es relevante, pero insuficiente para saber si las niñas y niños de tres a cinco años están aprendiendo a través del juego.

Necesitamos saber más sobre cómo están aprendiendo las niñas y niños. Es tarea no sólo de las autoridades, sino también de los investigadores y de la sociedad civil organizada trabajar en generar indicadores suficientes para saber si las niñas y niños están aprendiendo y cómo lo están haciendo. El derecho a aprender desde la temprana edad es responsabilidad de todos.


*Investigadora de Mexicanos Primero.

Twitter:@Lilia_Julieta

www.mexicanosprimero.org

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