Maestro insuficiente igual a deficiente

Respecto a los niveles de desempeño con los que se miden los resultados de la evaluación de Desempeño Docente, no es apreciable la similitud o ...
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Respecto a los niveles de desempeño con los que se miden los resultados de la evaluación de Desempeño Docente, no es apreciable la similitud o diferencia a simple vista,  porque al parecer la intención es etiquetar a cada uno de los docentes del sistema educativo.

El nivel “destacado” para el docente que obtiene los mayores logros en cada una de las etapas del proceso de evaluación (simulado), “bueno” para quienes consiguen una puntuación que los ubica en un punto intermedio, “suficiente” para aquellos que arañaron el margen de salvación (de panzazo diría Loret de Mola)…pero… ¿“insuficiente”? ¿acaso fue un término suave para no herir  a alguien que por muchas semanas vivió episodios de angustia provocados por la incertidumbre que ocasiona desconfiar de quien lo evalúa?

En nivel «insuficiente» me atrevo a asegurar, es ya socialmente aceptado como  “deficiente” o peor aún; incompetente.   Sabor amargo para quien todavía por necesidad económica tiene que continuar frente a grupo.  ¿Habrá otra manera de hacer sentir más humillado a un docente que etiquetándolo así?

Las dimensiones del penoso calificativo es de alto impacto porque es un juicio injusto, desproporcionado…algo fuera de lugar…similar a la carcajada en medio del sepelio.

Si de por sí el aprecio social hacia los maestros va en picada por tantas situaciones y circunstancias de un entorno calumnioso como resultado de una campaña siniestra de desprestigio que encabeza el gobierno, pues ahora se agudiza con la evaluación docente que clasifica maestros y los exhibe.

Me pregunto:  ¿Qué respeto le han de profesar los padres de familia y los mismos alumnos al “maestrito” que salió reprobado?

Hace mucho que a los maestros les secuestraron el respeto, le aniquilaron la autoridad y le ataron toda facultad requerida para ejercer su labor con dignidad.

¿Puede estar más tranquilo y trabajar a gusto un Profesor «Insuficiente» (Deficiente) que está en espera de su segundo «chance»?   No. Solo es posible entender está situación como un castigo inmerecido para los maestros.  ¡Una injusticia!

Solo debemos tener presente que la dignidad de un docente debe ser mayor que la efímera memoria que en poco tiempo intentará borrar nuestro Secretario de Educación, el ungido del Presidente Peña Nieto.

Ojalá y lo tenga en cuenta profesor (a): los sexenios no son eternos, aun y cuando éste lo parezca.

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