La reforma sin sustancia educativa

De Chuayffet a Nuño la sustancia educativa de la reforma sigue brillando por su ausencia. Y es que los nuevos planes y programas de estudio no serán ...
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De Chuayffet a Nuño la sustancia educativa de la reforma sigue brillando por su ausencia.

Y es que los nuevos planes y programas de estudio no serán en tanto la SEP termine de realizar detalles y ajustes. Sin embargo fue el propio Aurelio Nuño quien aseguró que entre los meses de marzo y abril serían presentado los nuevos planes y programas de estudio en educación básica y media superior (El Universal.- 18/01/2016).

Ya son tres años y contando de la puesta en marcha de la reforma educativa.  En ese tiempo se realizaron cacareados foros de consulta, se fue Chuayffet llegó Nuño, se evalúa al magisterio en virtual lucha contra el tiempo, se puso en marcha el nuevo sistema de formación continua de los maestros, pero la inamovilidad pedagógica de la reforma educativa es lo que sigue de  indignante.

Grave por citar un ejemplo, que los maestros con resultado «insuficiente» estén en proceso de capacitación sin el referente primario y base de su trabajo, es decir; los nuevos planes y programas de estudio.

Tamaño anacronismo como el anterior refuerza la lógica de los detractores de reforma educativa, que sólo se trató de una reforma que dio paso al descabezamiento del Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación (SNTE), al empoderamiento absoluto del Secretario de Educación (la recuperación de la rectoría de la educación según la narrativa del Gobierno), así como el desmantelamiento de conquistas laborales del magisterio a través de la evaluación docente.

En conclusión, mientras que la reforma educativa carezca de toda sustancia pedagógica, sencillamente es una reforma coja o mocha como la quiera calificar el lector (a).   Una reforma en abierto conflicto con la práctica educativa del magisterio.   Una reforma que desde su gestación cerró cualquier resquicio de participación de los maestros y que hoy, al menor intento de rebelión contra sus principios deberán primero topar con una especie de Gendarme, y no con el Secretario de Educación.

En fin, todo indica que los nuevos planes y programas de estudio en educación básica y media superior transitan sobre el caparazón de una tortuga.  A tal velocidad, el Presidente Enrique Peña Nieto pronto estará disfrutando su pensión vitalicia por los seis años de servicio concedidos a la Patria, antes de que esos planes y programas de estudio se  concreten en las escuelas públicas.

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